En nuestro caso estamos tratando de resolver algunos problemas en torno a la organización de intercambios que estamos teniendo en nuestro centro. La propuesta que he presentado en los retos anteriores está aún sin realizar, pero deberemos acometerla en breve. No obstante, las ideas que voy a presentar son personales y trato de recoger con ellas los pasos que vamos a seguir en nuestro proceso.
En primer lugar, nos reuniremos con los miembros de dirección para que, desde la posición de control que tienen, nos ayuden a contactar con los grupos interesados. En nuestro caso es esencial que las familias tengan conocimiento de las posibilidades y de los pasos que deberían seguir en caso de que estén interesados (como parece) en la participación de sus hijos e hijas en los intercambios.
Contemplamos también la posibilidad de realizar una reunión informativa con alumnos y alumnas que, aunque quieren participar en la actividad, no tienen en cuenta que para algunos destinos las plazas son reducidas y, por lo tanto, no todos ellos podrán participar en la misma actividad. Se trata de intentar convencerles de que diversifiquen sus opciones y, de no ser así, deberemos recurrir al azar para adjudicar las plazas.
Se valorará también el hecho de que este año hemos intentado publicitar estas actividades a través de los tutores pero el resultado ha sido peor que en cursos anteriores por lo que habría que analizar las razones de la falta de efectividad, sobre todo cara a plantearnos las cosas de otra manera para el año próximo.
También se ha decidido (esto ya es un hecho), solicitar la cooperación del resto de los miembros del claustro para ayudar al desarrollo de las actividades, ya sea como acompañantes del alumnado cuando estos viajan al extranjero o como acompañantes de alumnos y profesores extranjeros cuando nos visitan, de modo que toda la carga del intercambio no recaiga en una o dos personas.
Sobre este último punto si que puedo hacer una reflexión personal que me ha llevado a plantearme incluso si merece la pena seguir haciendo este esfuerzo ya que no solo a nivel organizativo, sino para el acompañamiento de los visitantes, me he encontrado prácticamente sola cuando hemos recibido a nuestros primeros visitantes y eso supone que, además de perder una semana de mis clases en cada uno de los viajes al extranjero (el año pasado fueron 4 aunque uno decidimos hacerlo en vacaciones para minimizar el impacto en mi alumnado), he tenido que dejar mis clases abandonadas durante casi otra semana durante la visita y eso es alo que no es conveniente para la marcha de mis propias clases.
Finalmente, tenemos que buscar la manera de conseguir esos apoyos y animar a la gente, si no a participar, al menos ayudarnos a hacer posibles este tipo de actividades que generan gran interés por el centro y que, sobre todo, ofrecen al alumnado la posibilidad de entrar en contacto con otras culturas y modos de vida.
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